Es un periodo de semilibertad en el que las personas que están sometidas a este grado tienen que ir a dormir todos los días a prisión. Deben tener una oferta laboral para poder demandar el Tercer Grado, que hayan cumplido un tercio de la condena y que puedan tener apoyo fuera de prisión.
En los SS.SS Penitenciarios se lleva un seguimiento por el cual estas personas tienen que ir a firmar cada 15 días, entregar nóminas y la documentación que se les pida.
En otros casos, estas personas llevan una pulsera en la muñeca o tobillo, así como un aparato en el teléfono para hacer un seguimiento. Todo esto se dirige desde Madrid y son los que se encargan de llamarles, gravarles la voz, cada cierto tiempo les llaman y tienen que estar en casa, aunque deben seguir yendo a firmar cada 15 días.
Si estas personas han cumplido ya parte del tiempo en Tercer Grado y no han tenido ningún tipo de problema ni incumplimiento, la junta de tratamiento debate el darle la posibilidad de pasar a Libertad Condicional. Cuando se les concede, la pulsera telemática se les quita y tienen que ir a buscar trabajo.Tienen que ir una vez al mes a firmar al centro Penitenciario. Deben llevar las nóminas, contratos, es decir, todo lo que se les pida. Cuando la Libertad Condicional dura mucho tiempo, estas personas pasan a firmar la asistencia al Centro Penitenciario cada dos meses, pero eso lo decide un juez a partir de la junta de Tratamiento; se envía la solicitud a Madrid y de ahí al juez para que lo apruebe o derogue. Una vez que se termina la Libertad Condicional, estas personas firman un documento que acredita su libertad total, es decir, ya son libres.
